Si echas un vistazo alrededor tuyo, seguro que estarás de acuerdo conmigo.
Es más, los periodos en los que pasamos más tiempo con nuestros seres cercanos como Navidad y vacaciones de verano, son las etapas del año en los que más conflictos se producen.
Es decir, mientras más tiempo juntos, más conflictos y más peleas.
Esto no debería ser así, no parece algo razonable, ¿verdad?
Y ni siquiera la televisión nos ofrece ejemplos de personas que sepan discutir y defender sus ideas con un mínimo de decoro.
Todo lo contrario. Solo hace falta ver cualquier programa donde haya algún debate para comprobar que lo que mejor se les da es interrumpir, gritar, descalificar y polarizar.
Y no es que sean seres de otro planeta, hacen lo mismo que hacemos nosotros en nuestro trabajo, con nuestros amigos o con nuestra familia.
No, definitivamente, no sabemos discutir.
Algunas personas discuten mal porque creen que discutir es lo mismo que pelearse y, como a casi nadie le gusta una bronca, evitan las discusiones, lo que es tan malo como discutir mal.
Otras lo hacen mal porque han tenido malas experiencias y por eso tratan de evitarlas.
Otras porque, al no tener las mínimas herramientas para discutir bien, acaban generando conflictos.
Así que, en general, eso de discutir no lo hacemos bien.
En realidad, lo hacemos bastante mal.
Psicólogo y formador de habilidades de comunicación.